Hoy
me niego totalmente a hablar con metáforas, o con palabras estructuradas que
sean difíciles de interpretar.
En
el lenguaje no hace falta tener un habla técnica, si lo que se quiere es
transmitir, más que explicar. Y ahora,
que me encuentro hablando de Amor, el lenguaje es la peor herramienta que se
puede utilizar, pero la única forma que encuentro para que mi alma diga su
verdad.
El
Amor no es sinónimo de bueno, ni de paz, ni mucho menos de alegría. El Amor es lo que tiene que ser y se tiene que
sentir, sea de la forma que sea.
Hoy
me toca a mi sentir el Amor desde el punto de vista doloroso. ¡Ojo! Esto no
quiere decir que sea una resentida de él y que no haya vivido lo mejor posible
con su estadía en mí. Simplemente él es
un arma de doble filo y hoy… Me tocó la cortada.
Sencillamente
puedo decirte NO TE QUIERO y no mentiría al respecto, pero él sigue impregnado
en mí, por lo tanto sigue doliendo.
Tengo
desprecio por tu persona, tengo bronca y hasta asco ciertamente, es inevitable
sentirse así. Pero ¿Qué puedo hacer? Si él sigue viviendo en mí.
No
me entiende, no lo ve, no me cree, no me escucha. Lo odio, lo quiero fuera de acá,
creo que él fue la peor compañía que tuve.
No lo quiero más aquí.
Él se tiene que hacer sentir, sea de la forma
que sea, pero yo no lo quiero así.
Y sin embargo lo sigo eligiendo. Lo sigo prefiriendo, lo sigo deseando… Desde el primer día… Lo sigo deseando.
Y sin embargo lo sigo eligiendo. Lo sigo prefiriendo, lo sigo deseando… Desde el primer día… Lo sigo deseando.
Te
voy a extrañar, lo sé. La euforia que me provocas la soledad no me la va a dar. Pero quiero
vivir tranquila, por eso debo perderte. Necesito dejarte.
Sin
ser algo, viviste más tiempo en mí que yo misma y seguro en vos se irán trozos
de mi alma, que hoy te escribe.
Hoy
te tengo que despedir definitivamente, vos y yo no cabemos en el mismo cuerpo,
pero mi alma no me quiere, no quiere esto que soy. Por eso hoy me contó que se
irá con vos. Cuídala bien, pues me la dio Dios.
Te tengo que despedir…
Chau amor, chau a mi amor, chau a él, chau a mi alma.
Nos volveremos a ver, si Dios lo quiere así.
Una parte mía, muy mía, los estará esperando con ansias y con salud.
Me despedido, pero recuerden algo…
No se olviden… que…
Hoy estoy negada a usar cualquier tipo de metáfora, es sólo una carta a Amor.